Tras recorrer distintos países de América y Europa, fija su residencia permanente en el balneario de Papudo, el balneario de sus más bellos recuerdos de infancia, el lugar donde pasó cada uno de sus veranos, desde que a la corta edad de seis meses fuera llevada por sus padres por primera vez.
Es en la cabeza de estas instituciones, donde Verónica se empapa con la variopinta realidad de cada una de las personas de Papudo, reafirmando las relaciones de confianza que durante décadas, su familia, "Los Elgueta" han cultivado.
El interés por las causas sociales que siempre la ha acompañado, es reafirmado día a día en la medida en que se da cuenta de la profundidad e importancia de las necesidades de su querido Papudo. Todo esto, sumado a la enorme influencia, que el legado político y principalmente de Servicio Público, de su padre don Enrique Elgueta Guérin (Alcalde de la comuna de Papudo durante el periodo 1971 - 1973) terminaron por llenar su espíritu de una inmensa vocación de servicio y ayuda a la comunidad. Ayuda que como dijera su padre más de una vez, consiste en "entregar las herramientas para salir adelante, sin esperar nada a cambio"
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